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dissabte, 19 de juny del 2010

ensayo prelúdico, "contestatario"

Somos unos inconscientes si pensamos que podemos vencerlo, si pensamos que podemos desenterrarnos de la muchedumbre, si creemos en que lo imposible puede ser verdad. Y somos unos inconscientes. Somos esclavos de nosotros mismos, dueños de sinrazones con sentido. Desenvolvemos la existencia de su enorme cascarón opaco y lo fundimos para crear lluvias sulfúricas que den relieve a la planitud de nuestro adversario. Coloreamos infinitos vacíos, mistificamos lo inmistificable y le damos un sentido materialista, opaco. Arrebatamos las falsas pasiones de una tierra sin base existencial y las convertimos en las piezas de un puzzle de locos. ¿Pillas la indirecta? Llovemos sobre metáforas encharcadas en calles del pasado, en fangosos años de ausencias y desvaríos varios. Siemprificamos lo efímero y luego nos lo comemos, lo ingerimos y le damos una nueva consistencia fecal, consistente con los alientos del pasado, delicatessens místicas de una época ya ancestral. Somos los guerreros del siglo XXII, del tiempo en el que no hay tiempo para perder el tiempo. Somos incansables, no ralentizamos el paso bajo ninguna circunstancia ni catástrofe medioambiental. Somos completamente inidentificables; nos define un atuendo velador, hábitos de handikap nigeriano, bolsas de consistencia variable. Nos identificamos con la podredumbre y también con lo sublime. Somos los suspiros del eco que está por venir, y no nos creemos nada de lo que decimos. Sabemos que caducaron las fechas de caducidad y por eso relativizamos lo relativo, dogmatizamos la mentira y confundimos al pecado con ausencias constantes. Damos la vuelta a la tortilla de la exitencia, carcajeamos las risas de un mundo que sí nos entiende y las lágrimas del que cree entendernos. No somos viejos ni viejóvenes, no somos el hastío bélico de las naciones del pasado ni del presente, que jamás se detiene. Santificamos lo que hacemos repetidas veces, sacralizamos lo que aburre a las masas y lo usamos para satirizar lo que vendría a ser una pseudoanarquía moral.

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